Uno de los capítulos que más me gusta es el de las fiestas, el autor da detalles muy simpáticos que no faltan en las fiestas de los países latinoamericanos . También da una serie de situaciones con un complejo análisis que abre los corazones de sus compatriotas. Declara que hay fiestas de alegría pero también de dolor, como la celebración por el día de los muertos o la celebración a la Virgen de Guadalupe.
Habla de las diferencias entre los mexicanos y otras culturas. La muerte, lo importante que es para el pueblo celebrar los feriados y gastar todo el dinero ahorrado durante un año sin importar la necesidad que tendrán en el próximo año.
“Dime como mueres y te diré quién eres”, dice describiendo los funerales fastuosos de los lugareños. Características que aparecen en otras culturas americanas como el caso de la cultura Paracas en Perú, quienes tejían unos mantos maravillosos para cuando se murieran.
Pero la descripción que tiene sobre la muerte en la cultura mexicana, da muchas explicaciones para entender lo que, aún, ahora , cosa que se ve en los noticieros, sobre las desgarradoras matanzas que ocurren en ese país por ajuste de cuentas. Todo va mas allá de un simple asesinato.
“En este drama sin personajes…”, desnuda, como el mexicano lucha con castañas del pasado, ya sea durante la conquista, con los yankees o invasores franceses.
La mujer también tiene su espacio junto al amor, el matrimonio y el divorcio. La realidad de una mujer mexicana, es muy similar a cualquier país hispano, solo un poquito más conformista por el papel hegemónico que ocupa el hombre de esa sociedad.
En muchos aspectos es un libro que quizá no les guste a muchos mexicanos porque saca a relucir muchos de sus defectos como pueblo, pero defectos ¿ante los ojos de quien?. El pueblo mexicano tiene muchas virtudes, espero que sus escritores escriban sobre eso. Quizá es por ello que este autor no agradaba a “los reales visceralistas”, grupo de poetas ficticios de la obra “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño.
Octavio Paz, escritor, poeta, ensayista, mexicano ganó el Premio Nobel de Literatura en 1990. Es considerado como uno de los mejores escritores del siglo XX. Siempre fue un escritor político y no era de los que se callaban. Veía de una familia que también se involucraba en la política y eso dejó en él una vena a la cual seguir durante el tramo de su obra.