Sin embargo ese quiebre no se da sólo por el simple hecho del suceso. Sin explicaciones, se había convertido en un espíritu guerrero, dispuesto. Una guerrera nativa de la cultura Caribe, si no me equivoco, quiere tomar parte de su alma y confluir sus pensamientos para ayudar a la liberación de su pueblo dominado por la dictadura militar.
Existe un paralelismo entre la protagonista y la mujer que la habita, pues esta última fue una guerrera que luchaba por la libertad de su pueblo cuando los españoles llegaron a conquistarlos para subyugarlos y convertirlos "en esclavos o comida de perros". Lavinia, nombre de la protagonista, si un nombre poco común, no se da cuenta que hay un alma habitando en ella pero siente que se ha sacado el velo de la conformidad y de la comodidad, y desea hacer algo al respecto.
Se enamora de Felipe, un arquitecto compañero de trabajo, quien estaba involucrado en la lucha rebelde contra el gobierno dictatorial. Ella se ve envuelta en todo ello, pero por su posición social y su naturleza machista su nuevo amor no la quiere incluir. Ese desprecio tácito de él, hace que sus deseos por ayudar a su pueblo se levanten incluso contra su relación amorosa.
Es el primer libro que leo de Gioconda Belli, una escritora con una pasión contagiosa mientras se le va leyendo.
Gioconda Belli, escritora y poetam nacida en Nicaragua, en 1948, destaca en las letras hispanoamericanas contemporáneas. fresca y vitalista, profundamente personal, tiene un estilo que escapa a cualquier corriente o escuela. Erótica, feminista y revolucionaria, su voz sincera es un salto hacia el mundo. Sus líneas, algunas veces políticas, tienen que ver con su participación en la revolución de su país.
Gioconda Belli ha incursionado en la poesía con cinco libros memorables: Sobre la grama (1974), Línea de fuego (Premio Casa de las Américas, 1978), Truenos y arcoiris (1982), La costilla de Eva (1987) y El ojo de la mujer (1991).