Con el corazón al galope se inicia y se termina "Catalina, la fugitiva de San Benito". Martín de Rojo es un hombre dentro de la sociedad del siglo XVII que ya va a menos ya que no tendría descendencia para prolongar su apellido pues tenía tres niñas y se le venía la cuarta.
Su hermana priora de un convento le propone, al ver a otra niña nacida, de cambiarla por un varoncito, un niño que había sido abandonado en el convento. Martín de Rojo accede y es cuando se inicia la vida de Catalina fuera de su verdadero hogar.
Al estar la Priora en una posición secreta al ser su tía, Catalina tiene un trato inexplicable por su parte, las monjas exigentes del convento estaban cansadas de su comportamiento al ser una niña con decisión propia, además de no saber bajar la mirada mientras le daban reprimendas por su mal comportamiento.
Catalina a diferencia de los otros niños no fue dada en adopción y compartió su niñez con el hijo del jardinero, quien era su compañero de aventuras. Por una de sus fatales travesuras ya a los 12 años Catalina es encerrada y pretende hacer una huelga de hambre mientras que su amigo le traía la comida por la ventana de atrás. Un día el niño se encuentra con un adolescente que visitaba el convento, Diego. Diego le cuenta sus aventuras caballerescas y el amigo de Catalina le cuenta que tienen a una dama encerrada que debe ser liberada.
Es así como los destinos de Catalina y Diego se encuentran. Diego habla a favor de su liberación y las monjas del claustro se ven descubiertas por maltrato. La Priora muere y Catalina se encuentra envuelta en un problema pues la culpan de su muerte. El cura libidinoso que vivía con las monjas la quería para sí y Catalina al verse con un destino terrible, huye vestida de varón al mundo exterior.
Por coincidencias del autor Diego la encuentra tirada en el camino, había sufrido un asalto. Sin saber que era una damisela, la llevan a su casa y cuando se recuperan Diego la toma de paje. Su nombre Alonso Díaz.
Alonso Díaz toma dos años de la vida de Catalina, ella estaba en el mejor momento de su vida porque compartida su vida con Diego. Después de un tiempo Diego parte para la corte y la deja atrás pues el paje lo hacía sentir muy extraño.
Catalina va detrás de él con el ansia de que la conozca como mujer y así cumplir su sueño de ser amada por él en su verdadera condición. Ella se une a una caravana de gitanos con los que aprende muchas cosas entre ellas deleitar con su canto y su baile.
Ya Catalina en Madrid se presenta en un teatro donde Diego asiste y queda prendado de su belleza. Los vientos vuelan a su favor y con artimañas de Alonso, Diego conoce a Clara. Entonces Catalina es Clara y Alonso. Un gran nudo se forma en la novela, pues la Santa Inquisición y el convento de San Benito están tras sus pasos. Catalina también siente el deseo de saber sus orígenes y siente en su corazón la búsqueda de sus padres, aunque siempre tendría la sospecha que el hermano de la Priora Martín de Rojo tenía que ver algo con ella.
Catalina y Diego logran su amor, pero Alonso se mete en problemas. Diego para agradecerle que lo ha llevado hasta lograr conocer a su amada, lo ayuda.
El discurso del libro discurre entretenido y te tiene con el corazón en la mano por los líos en que Clara y Alonso se meten, todo para alcanzar el amor de Diego. A parte de las múltiples casualidades que el autor convoca, utiliza palabras de la época para describir objetos, que uno tiene que adivinar qué es, pues en el deseo de seguir no hay tiempo para detenerse a buscar qué significan.