No muchas oportunidades tiene el ser humano de encontrar una verdadera amistad o mejor dicho una amistad intensa que lo lleve más allá de sus expectativas. Esto ocurre generalmente cuando dos personas difícilmente comparten destinos similares, temporadas largas de convivencia o contextos sociales. Es el caso de los protagonistas de "Vida y Hechos de Alexis Zorba"
Zorba y el patrón, descubren el deseo de estar juntos y compartir el momento, creando un lazo indisoluble en sus vidas.
El "patrón", un hombre dado a la intelectualidad, decide cambiar su rumbo y sus libros, por una aventura con propósito. Se encuentra en la isla de Creta para ayudar a los pobladores griegos en persecución explotando una mina. Es donde encuentra a Alexis Zorba un hombre que ve la vida desde otro punto de vista el cual cada frase que dice, le impacta y le corroe los sesos, sacándolo de todo contexto formal e "inteligente".
La visión del trabajo, la familia y sobretodo de la mujer que Zorba inculca en el joven intelectual, constan de una pasión y libertad humana trascendente, sin embargo, dentro de los parámetros sociales se podría afirmar un machismo y subvaluación de la mujer en el pensamiento del hombre griego, como el colmo, sin dejar de causar risa dentro de tanta verdad.
La lectura como su trama es apasionante, roba risas y lágrimas. A pesar de ser una película tan famosa por la danza del Zorba, el libro es más que una danza, pues muestra que es la danza para este singular hombre, y es la expresión de los sentimientos que algunas veces no se pueden expresar en palabras, como lo hizo al danzarle a su "patrón", lo hizo para decirle cuánto lo amaba y lo necesitaba. A Zorba le costaba el abrazo, decirle cosas bonitas, pero danzarle fue su manera de expresar lo que había significado para su vida.
El libro entero está lleno de acotaciones que sería imposible citar todas. Será mejor leer el libro que ver la película. Nikos Katzantzakis, es uno de los escritores griegos más importantes del siglo XX, escribe la novela en la isla de Creta en 1946, basada en una historia real.
"Nikos Katzantzakis conoció a Giorgos Zorba en el año 1917, al sur del Peloponeso, cuando explotaban una mina de lignito. Las tertulias nocturnas lo llevaron a conocer a este extravagante personaje, cuya profunda humanidad lo impresionó de tal forma que llegó a decir `Si yo quisiera distinguir a los hombres que han dejado una huella más profunda en mi alma, quizás me decidiera por Homero, Buda, Bergson, Nietzsche, y Zorba... Él me ha enseñado a amar la vida y a no temer a la muerte`".
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