Es el magnífico título del artículo de Álvarez Rodrich donde denuncia la negativa del gobierno peruano a una donación para la creación de un nuevo museo en el Perú. Este museo, exhibiría, como ya lo han hecho en varios países, una ayuda memoria a los sucesos que las sociedades no debe repetir, pero como los gobernantes peruanos recuerdan muy bien sus estupideces rechazaron los dos millones de Euros que les ofrecieron para su creación y mantenimiento. Yuyanapaq (para recordar en quechua), aunque no he visto la exhibición, fue una muestra fotográfica que narró 20 años de violencia en Perú, dicen que fue inaugurada simultáneamente en las ciudades de Huánuco, Huancayo, Cusco y Abancay, además en la Universidad de Huamanga. Yuyanapaq hubiera sido incluida en el museo de la memoria, así como otras muestras poco difundidas o censuradas que rondan por el país. A nadie le gusta ver cosas feas, pero creo que es mejor verlas como una manifestación artístita que pertenece a un pasado, que volver a verlas en una realidad próxima.
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