15/4/09

EL LECTOR de Bernhard Schlink


"Michael Berg, un joven de 15 años, cae enfermo cuando vuelve del colegio de camino a su casa y es rescatado por Hanna Schmitz, una mujer que le dobla la edad. Poco a poco ambos personajes comienzan una historia de amor basada en el sexo, (y lecturas) donde uno apenas sabe nada del otro, sólo que sienten una gran atracción física. Un día, a Hanna la ascienden en su trabajo como revisora en un tren y desaparece sin dejar rastro. Ocho años más tarde, Michael es estudiante de derecho y en unos seminarios le llevan a él y a sus compañeros a presenciar como un grupo de personas colaboradoras nazis es juzgado por un crimen deliberado de 300 personas judías; Michael se queda atónito al encontrarse de nuevo con su antigua amante, esta vez, como acusada."*

Qué muchacho no ha pasado por la ilusión de enamorarse de su profesora. Como le comentaba a una amiga, eso es algo normal pero cuando la mujer muestra reciprocidad no ocurre otra cosa que un daño fatal en ese que algún día será un hombre. Eso es lo que le ocurre a Michael Berg.


Sin embargo lo que mas me llamó la atención de este libro es la segunda parte donde se ven las reacciones por las que pasa un analfabeto. Hanna desde antes que Micheal llegara a su vida a leerle, ya había experimentado la literatura en los campos de concentración haciendo que las niñas judías le lean por las noches. Ella es acusada a cadena perpetua a diferencia de las otras guardianas, sólo por no dejar que comprobaran su letra frente a un informe que sus compañeras, que a sabiendas de su orgullo, la acusaban de haber escrito. Ya en la cárcel Michael le envía casetes leídos por él como un paliativo y Hanna inicia el proceso de aprender a leer y a escribir. En el libro a diferencia de la película hay un intenso deseo de ser letrada y acceder a lo que más anhelaba, leer.

"«La última historia me ha gustado mucho, chi­quillo. Gracias. Hanna.»

"...A primera vista podía parecer que se trataba de la le­tra de un niño. Pero todo lo que la letra de los niños tiene de torpe y desgarbado, ésta lo tenía de violento. Se veía la resistencia que Hanna había tenido que vencer para for­mar letras con los trazos y palabras con las letras. La mano infantil siempre intenta escaparse para aquí y para allá, y hay que forzarla a ceñirse a la línea. La mano de Hanna no intentaba escaparse hacia ninguna parte, y el único imperativo era seguir adelante. Los trazos que da­ban forma a las letras eran discontinuos, acababan y empezaban en cada ángulo, en cada curva o bucle. Y cada letra era una conquista nueva, con una orientación dis­tinta más o menos oblicua, y con una altura y anchura propias". (Fragmento).


* Resumen de Ika23 (CIAO).


1 comentario:

  1. Qué buen fragmento! Creo que de todas maneras lo leeré, a pesar de haber visto antes la película.

    Saludos,
    R.

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